La creatividad
La creatividad es esencial para la supervivencia de todas las empresas. Las dichosas “tecnologías disruptivas” obligan hasta a los negocios más tradicionales – entre otros, hoteles, supermercados y bancos – a reinventarse.
Las matemáticas y la imaginación
Cuando estudiaba matemáticas en la universidad descubrí una técnica potente para desatar mi creatividad. Si se me atascaba un problema matemático, en vez de seguir luchando con él, simplemente me iba al bar. Invariablemente, cuando ya había dejado de darle vueltas al problema, una idea o una inspiración se presentaba en mi cabeza como por arte de magia. (Obviamente, la calidad de la idea dependía del número de cervezas que me había bebido.)
Tal vez las matemáticas no parezcan un ejemplo obvio de la creatividad – ¿por qué no hablar de la música, del arte o de la literatura? Como sucede con la teoría de la música, la técnica de pintar o la estructura de una novela, las matemáticas tienen reglas que tienen que respetarse. Sin embargo, las reglas no siempre son suficientes por sí mismas para elaborar la obra entera, porque hacen falta “saltos” o insights para avanzar. “Insight” es una palabra que no se traduce bien al español, pero que significa un entendimiento profundo y claro de un problema o situación complicado, que se produce de una manera repentina.
La mente del mono
Se ha denominado a la mente distraída “la mente del mono”, porque salta de una idea a otra, del mismo modo que un mono salta de una rama a otra. Me pregunto si los propios monos poseen una mente de mono, o si es parte de la condición humana. Es tentador pensar que los humanos somos los únicos seres con la capacidad de (tener) insight. No obstante, Wolfgang Köhler, uno de los fundadores de la escuela de psicología Gestalt, demostró que los chimpancés son capaces de dar con una solución completamente innovadora a un problema, como puedes apreciar en este vídeo. En él, los protagonistas tenían que averiguar cómo alcanzar un plátano con la combinación de objetos a su disposición. Lo consiguieron, no sólo aplicando el método de prueba y error, sino aprovechando saltos de insight.
Caos controlado
En el libro “El poder del desorden”, Tim Harford argumenta que demasiado orden puede perjudicar la búsqueda de una solución a un problema. Da como ejemplo el problema de localizar el pico más alto en la superficie del planeta. Una estrategia consiste en empezar en un punto y moverse siempre en una dirección que aumenta la elevación hasta encontrar un pico local, pero éste no tiene por qué ser el pico más alto. Otra estrategia completamente diferente consiste en elegir puntos aleatoriamente y medir la elevación en cada uno de ellos. Eventualmente se daría con el pico más alto por casualidad, pero esta estrategia sería una manera particularmente ineficiente de encontrarlo. Una estrategia mejor es el resultado de combinar las dos anteriores: saltar de punto en punto al azar y explorar sistemáticamente los picos locales en cada punto. Podemos pensar en la búsqueda local como el análogo de seguir las reglas matemáticas o lógicas, y en los saltos como los insights o innovaciones.
Cuando me atascaba con un problema matemático, darle vueltas sólo servía para arraigar una manera de pensar no productiva; soltarlo me permitía dar los saltos mentales necesarios para llegar a la solución. Hay estudios que han demostrado que las personas experimentadas en Mindfulness tienen una menor rigidez cognitiva: tienden a adoptar una mente del principiante y a no ceñirse a patrones habituales de pensamiento.
La estrategia de la búsqueda sistemática la podemos equiparar con la práctica de Mindfulness de mantener el foco de atención en una área concreta de nuestro campo de experiencia, como en las sensaciones asociadas con la respiración en el vientre, por ejemplo. La estrategia de saltar es más parecida a la práctica de Mindfulness de consciencia abierta, de la que hablamos en el primer artículo de esta serie, que se trata de permitir que el foco de atención se desplace, mientras se mantiene una (meta-)consciencia del objeto de foco en cada momento.
Se han publicado varios estudios científicos en la última década sobre los efectos de las prácticas de Mindfulness en la creatividad. En uno de ellos, las personas que habían hecho una práctica de Mindfulness de consciencia abierta antes de intentar solucionar un problema que requería pensamiento divergente, rendían mejor. El pensamiento divergente es el tipo de pensamiento que permite la generación de muchas ideas para la solución de problemas que tienen más de una única solución, como en el caso de una sesión de brainstorming.
Una tormenta de ideas
El brainstorming es una técnica creativa en grupo en que los participantes aportan ideas de manera espontánea para llegar a la resolución de un problema. Originalmente, un “brainstorm” era un momento de locura pero, con el paso del tiempo, su significado se ha transformado en el de una idea brillante y repentina. Tengo que confesar que siempre había pensado que brainstorming no hacía referencia a una tormenta, sino al otro significado de “storm”, el de “asaltar”, de modo que brainstorming sería más bien un “asalto al cerebro”. Alex Faickney Osborn, el publicista que popularizó el término, insistió en dos principios para realizar un brainstorming efectivo:
- Diferir enjuiciamiento (no descartar ninguna idea hasta el final).
- Aspirar a cantidad (cuanto más ideas mejor).
Podemos ver el reflejo de estos dos principios en la práctica de Mindfulness. Mindfulness es la consciencia de todo lo que surja en el momento presente, con apertura. Si no lo practicamos con apertura, alteramos nuestra consciencia de la experiencia directa en función de nuestros gustos y juicios. Si nos duele el pie, por ejemplo, tendemos a intentar no sentirlo. Si no nos gusta una idea o consideramos que no tiene valor, tendemos a descartarla de inmediato. Por lo tanto, el cultivo de la actitud de no enjuiciar es una parte fundamental de la práctica de Mindfulness. De esta manera maximizamos la cantidad de información que tenemos disponible y es más probable que se nos ocurra una manera novedosa de gestionar una situación o solucionar un problema.
Un espacio para crear
Todos hemos sufrido en algún momento del bloqueo de escritor: la incapacidad de generar nuevas ideas. Cuánto más necesitamos una idea original, más nos elude. El estrés perjudica severamente nuestras capacidades creativas. Vimos en el previo artículo de esta serie como Mindfulness puede ayudar a reducir el estrés. Incluso antes de llegar a una situación de estrés, la sensación de incertidumbre cuando no sabemos la respuesta suele ser desagradable. Mindfulness también nos abre un pequeño “espacio” que nos permite “estar” con esas sensaciones sin reaccionar de una manera no productiva (“Nunca voy a poder…”, “Esto no vale para nada…”, “Me niego…”).
Las cosas llegan cuando menos las buscas
Del mismo modo que las ideas no siempre aparecen cuándo las necesitamos, parece que las mejores vienen cuando menos lo esperamos. En muchas ocasiones, la inspiración nos viene por casualidad. Como cuando Percy Spencer estaba manipulando un aparato que emitía radiación y notó una sensación rara en la pierna. Descubrió que se una tableta de chocolate que tenía guardada en su bolsillo se había fundido y se dio cuenta de que había sido por causa de la radiación. Spencer es el inventor del microondas. El término “serendipia” se hace referencia a un descubrimiento inesperado que se produce cuando no se está buscando o cuando se está buscando otra cosa distinta. Cuando nos empecinamos en algo, nos enfocamos en el problema y no en la solución: nuestro foco de atención se reduce y no percibimos con claridad todo lo que hay a nuestro alrededor (como la tableta de chocolate fundida). No forzar es otra de las actitudes fundamentales en la práctica de Mindfulness. A veces, la solución ha estado justo delante de nuestras narices todo el tiempo, sin que nos hayamos dado cuenta. La clave? Tener paciencia y prestar atención.
¿Cómo ayuda Mindfulness a la creatividad?
A veces se me ocurren ideas mientras estoy practicando Mindfulness. El reto para mí es mantener la atención en el objeto de foco de la práctica – que podría el hecho de que surge un pensamiento – y, en la medida que sea posible, no permitir que la atención se vea arrastrada por el contenido de ese pensamiento.
Los avances tecnológicos en el campo de IRMf (Imagen por Resonancia Magnética funcional) nos permiten ver el cerebro en acción. Gracias a estas técnicas, se ha podido establecer una relación entre Mindfulness y la actividad cerebral en tres redes neuronales en particular: la DMN (red neuronal por defecto), la CEN (red ejecutiva central) y la SN (red neuronal de saliencia) .
Ya hemos hablado de la DMN en el contexto de la mente distraída. Es una red de regiones del cerebro que se activan cuando no tenemos nada que hacer (y a veces cuando sí estamos haciendo algo) y empezamos a fantasear, a planificar o a rememorar. La CEN suele activarse durante tareas cognitivamente exigentes con un objetivo concreto, a la vez que suele haber una reducción correspondiente de activación en la DMN. Un exceso de actividad de la DMN y una carencia de actividad de la CEN han sido vinculados con estados de depresión y ansiedad. Sin embargo, la DMN también tiende a activarse durante tareas creativas. La línea fina que separa la creatividad de la “locura” ha sido evidenciada por muchos grandes artistas que han sufrido enfermedades mentales.
Se ha demostrado que practicar Mindfulness con un único foco no sólo reduce la actividad de la DMN, sino que la reduce incluso más que realizar una tarea exigente. Por otro lado, la práctica de Mindfulness de consciencia abierta está asociada con una activación de la DMN, como en el caso de emprender una tarea creativa.
La tercera red neuronal que se ha relacionado con la práctica de Mindfulness, la SN, tiene la capacidad de seleccionar los estímulos a que atendemos y de activar o desactivar otras redes, como la DMN y la CEN. Del mismo modo que la mejor estrategia para encontrar el pico más alto era la combinación de la búsqueda local y los saltos entre puntos, un equilibrio entre la práctica de Mindfulness con un único foco y la práctica de consciencia abierta favorece la creatividad y el bienestar. Mindfulness en sí nos ayuda a encontrar este equilibrio.
En la cuarta y última parte de esta serie de artículos, pondremos el foco de atención en la colaboración entre trabajadores, en la adecuación de sus valores con los de la empresa y en la cultura empresarial.
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