Hay una abundancia de artículos en internet sobre la mente errática. La mitad de ellos dicen que es una fuente de infelicidad; la otra mitad dice que es una fuente de creatividad. ¿Con qué nos quedamos?
Cuando la gente se inicia en la práctica de Mindfulness, algunas personas comentan que “Me ha costado mucho mantener la concentración”, mientras otras dicen que “He conseguido no pensar en otra cosa que mi respiración”. Estamos acostumbrados a intentar hacer las cosas bien, así que puede parecer que el objetivo de la práctica es no pensar o, por lo menos, evitar que la mente se distraiga. Pero, ¿es realmente malo que la mente vagabundee?
Una de las cosas que nos distingue a los seres humanos de los demás animales es nuestra capacidad de solventar problemas que no tengamos delante o que requieran una solución novedosa. Nuestro cerebro ha evolucionado para tener una zona llamada la Red Neuronal por Defecto (RND), que se activa cuando no tenemos nada especial que hacer, y empieza a buscar experiencias relevantes en nuestros recuerdos y a esbozar posibles planes. ¿Esta es la mente errante o la mente creativa? Depende.
La clave es si somos conscientes o no de que la mente está divagando. Si la mente divaga de manera automática, perdemos una gran parte de nuestra experiencia momento a momento. Terminamos la comida sin haberla degustado. Llegamos a nuestro destino sin recordar nada del viaje. Asentimos con la cabeza mientras habla un amigo, pero no escuchamos nada de lo que está diciendo. Por otro lado, si utilizamos la concentración para evitar que divague la mente, tampoco somos conscientes de sus divagaciones, nuevas ideas o insights. Tal vez hayas tenido la experiencia de encontrar una solución creativa justo cuando has dejado de centrarte en buscarla. ¿Cómo podemos entrenarnos en ser más creativos sin llegar a dispersarnos?
Imaginemos un carro tirado por dos caballos. El caballo izquierdo se llama Concentración y el caballo derecho se llama Facilidad. Si Concentración tira demasiado fuerte, el carro gira a la izquierda; si Facilidad tira demasiado, el carro gira a la derecha. El conductor del carro se llama Mindfulness. Si nota que el carro va hacia la izquierda, puede recoger suavemente a las riendas de Concentración; si nota que el carro va demasiado a la derecha, puede hacer lo mismo con las de Facilidad.
Si, en las condiciones sencillas de una práctica “formal” de Mindfulness, podemos saber cuál de los dos caballos está tirando más que el otro, es más probable que nos demos cuenta cuando esto suceda en el día a día. Durante una práctica de Mindfulness, simplemente prestamos atención de manera intencionada a un aspecto de nuestra experiencia como, por ejemplo, la sensación física asociada con el movimiento de la respiración en el abdomen, y notamos qué pasa. Si observamos que se nos ha ido la atención, sin reproches, dirigimos de nuevo la atención al objeto de foco. Frenamos ligeramente a Facilidad recogiendo sus riendas. Si percibimos señales de que estamos haciendo demasiado esfuerzo – por ejemplo, una tensión o una ida y vuelta de pensamientos – o si no tenemos consciencia de nada más que el objeto foco, podemos soltar un poco las riendas de Facilidad y recoger las de Concentración. Y si nuestra atención está plenamente en el objeto de foco al mismo tiempo que somos ligeramente conscientes de otros elementos de nuestra experiencia – sonidos, sensaciones en otras partes del cuerpo, pensamientos – nos dejamos llevar por Concentración y Facilidad.
La creatividad nace de la unión entre el orden y el caosHay veces en que los caballos se vuelven salvajes o se pelean entre sí, y tirar de las riendas sólo les hace más rebeldes. En lugar de luchar contra ellos, podemos probar con soltarles un rato. Si tu coche derrapa, hay que girar primero en la dirección del derrape. Tal vez tengas la intención de centrar la mente en algo, pero la mente parece tener otras ideas. ¿Qué pasa si la dejas divagar mientras tienes consciencia de sus divagaciones lo mejor que puedas? O quizás quieras abrir la mente a nuevas posibilidades pero la mente no quiere soltarse. ¿Qué pasa si atiendes lo que sea que esté ocupando la mente de manera consciente y amable?
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”
–Einstein
La creatividad no sólo es necesaria para crear cosas nuevas, sino que forma una parte imprescindible de cualquier proceso de cambio. Si quieres cambiar cómo afrontas determinadas situaciones, apelar a la creatividad te abrirá nuevos caminos.